Roxana durmió durante todo el trayecto; no se despertó ni siquiera cuando llegaron al hospital. Luciano vaciló un momento, pero decidió no despertarla. Tras indicarle al chofer que abriera la puerta, la cubrió con su abrigo y la sacó del auto.
El Departamento de Emergencias era el único lugar con personal de guardia, ya que llegaron a altas horas de la noche. Tras registrarse en la recepción, cargó con Roxana y se dirigió hacia allí; ella se despertó en cuanto entraron. Tardó unos segundos en darse cuenta de que estaba en los brazos de Luciano mientras el médico los miraba desde el lado opuesto. Ella se sonrojó enseguida, pero nadie lo notó ya que estaba enrojecida por la fiebre.
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