Capítulo 411 No tengo el poder

―Nos encontramos por coincidencia en el piso de abajo ―dijo Roxana, después de fruncir el cejo con desesperación, ya que no sabía por dónde comenzar; sin embargo, Leonardo se miraba dudoso y al notar dicha expresión, ella se relajó y volvió a hablar en un tono suplicante―. De todas formas, no es lo que usted cree; es imposible que pase algo entre él y yo ―explicó. Ella no quería que nadie malentendiera su relación con Luciano y cuando miró su sinceridad, Leonardo sonrió y dejó el tema de lado; en su lugar, habló de otra cosa. ―El señor Linares está arriba descansando y el señor Zazueta le hace compañía. La están esperando, ¿los estaba buscando? ―preguntó. Roxana los había estado buscando el día entero en vano y en cuanto escuchó las palabras de Leonardo, suspiró de alivio y asintió con la cabeza.