Estela sollozó en silencio durante todo el trayecto de vuelta a la residencia principal de los Fariña. Mientras tanto, Sonia consiguió calmarse. Le dolió el corazón cuando vio a Estela llorando a lágrima viva.
—No estaba realmente enfadado contigo. Sólo te estaba asustando. No llores.
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