Andrés, bautista y Estela miraron salir a Luciano de la tienda de campaña y luego intercambiaron miradas entre sí; los tres no parecían querer que se fuera.
«Confabulamos e hicimos todo para que accedieran a pasar la noche aquí y así crear una oportunidad para que pasaran tiempo juntos. Pero si papi se va ahora, ¡nuestros esfuerzos habrán sido en vano! Además, él es alto y el auto es pequeño. ¡Sería toda una tortura para él dormir ahí adentro!»
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