Asintiendo, Germán abrió más la puerta. Al entrar en la habitación, Roxana y Luciano vieron dos conjuntos de ropa de etiqueta pulcramente dispuestos sobre el sofá. Era obvio que Germán y Viviana habían preparado la ropa para mañana.
―¿Dónde están los niños? Ah, ¡soy un abuelo terrible! ―Germán estaba muy atento. Se apresuró a servirles bebidas y les llevó los vasos con cuidado. A continuación, se dio la vuelta y entró en la otra habitación.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread