En cuanto ella entró por la puerta, se escucharon pasos que venían desde arriba.
—¡Mami! —Andrés y Bautista salieron corriendo de su habitación, bajaron las escaleras y se pararon frente a ella, mirándola atentos con una expresión rara. Todavía con el corazón pesado, a Roxana no le quedó alternativa más que hacer a un lado sus pensamientos al mirar las caras de los pequeños.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread