Andrés y Bautista se quedaron un rato más en el baño antes de salir. Roxana seguía charlando con Jael en ese momento. Ella había querido que se fuera cuanto antes, pero Jael empezó a hablar de los libros de medicina antigua a mitad de la conversación. Debido a la increíble pasión de Roxana por la medicina, no pudo evitar dejarse llevar hablando de nuevo de ella. No fue hasta que Lysa les dijo que la cena estaba lista que se despertó.
—¿Le gustaría quedarse a cenar, Señor Dorante? —preguntó Roxana por cortesía.
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