Roxana frunció el ceño y estaba a punto de rechazar a Hugo Rodríguez, cuando Magalí escapó de la multitud que había en la pista de baile y se sentó junto a su amiga y empezó a observar a aquel hombre.
Hugo tenía un aspecto elegante y sus rasgos faciales, los cuales parecían esculpidos, se veían hermosos bajo la tenue luz del bar. Aunque carecía de un cuerpo en forma, no era demasiado delgado. Además, a juzgar por su atuendo, Magalí pudo deducir que su traje costaba unos cien mil. «Mmm. Supongo que puedo darle un ocho de diez». Después de puntuarlo para sí misma, aceptó antes de que Roxana pudiera rechazarlo.
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