—Lo siento, pero tengo un asunto urgente en el trabajo que requiere de mi inmediata atención —contestó Roxana, acariciando a Bautista y Andrés en la cabeza. —Ambos escucharon que cerrarán la compañía pronto, así que debo ir allá mientras pueda.
Los dos niños se quedaron mirando al suelo sin decir nada. Sabían lo importante que era el trabajo para ella, pero odiaban el hecho de que pasaría más tiempo con Jael en el proceso.
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