Luciano llevó a Roxana hasta su habitación. Una vez ahí, sus ojos se oscurecieron al ver que Estela había rodado hasta el borde de la cama grande y que seguía durmiendo profundamente. Ella no era así en casa. Solía dormir en la misma posición durante toda la noche, casi sin moverse un centímetro.
«¿Se está moviendo tanto porque está en un nuevo entorno? ¿O se siente más cómoda con Roxana?»
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