Mientras sostenía la mano de Estela, Luciano miró fijo a la mujer que se encontraba cerca de él con una expresión indiferente.
—Aunque no seamos cercanos, no hace falta que me evite como a un virus, señorita Jerez. De todos modos, debo llevar a Ela al jardín de infantes y pasaré por delante de su instituto de investigación y desde allí me iré hacia Grupo Fariña. Por eso me ofrecí a llevarla. ¿Qué es lo que le preocupa? —replicó en un tono un poco sarcástico; en otras palabras, estaba insinuando que Roxana estaba pensando demasiado.
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