Capítulo 1004 No cabe duda de que los niños te aman
Esa noche, Roxana recibió un mensaje de Jael antes de irse a la cama, el cual contenía los detalles de la consulta médica; esta sería en dos días y la ubicación era un orfanato de la ciudad. Luego de hacer una nota mental de la información, la mujer contestó algo breve y se fue temprano a la cama; sin embargo, su mente estaba tan ocupada con las palabras de Conrado que no logró dormirse. No fue hasta después de un tiempo determinado que, por fin, pudo dormirse y en los siguientes dos días, los niños intentaron llamar la atención de Roxana. Para ser más específicos, lo hacían a nombre de Luciano; mientras tanto, ella no tenía idea de por qué Andrés y Bautista eran tan persistentes en mencionárselo y tampoco sabía cómo lidiar con ello. Después de meditarlo por un tiempo, decidió poner toda su atención en los preparativos para la consulta médica y cuando los niños lo notaron, se dieron por vencidos. Dos días después, el auto de Jael apareció frente a la casa de Roxana en la mañana y cuando ella estaba a punto de salir a parar un taxi, la sorpresa inundó sus ojos.
―Supuse que su auto no estaría listo a tiempo, así que decidí pasar por usted ―comentó Jael, sonriendo. Al escuchar eso, la mujer no tuvo más opción que suprimir su sensación peculiar y subirse al auto; Roxana traía muchas cosas consigo y después de lo que pasó la última vez, aprendió la lección y preparó muchos regalos para los huérfanos. Por ende, Jael se asombró al ver todas las bolsas que estaba cargando―. Eres muy considerada, no cabe duda de que los niños del orfanato previo te amaron ―remarcó.
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