Se estaba haciendo tarde y, por muy impaciente que estuviera Magalí, no podía perturbar el descanso de una mujer embarazada a esas horas, así que decidió esperar hasta mañana.
A medida que la noche se oscurecía y empezaba a hacer frío, Jonás se quitó rápidamente el abrigo y se lo tendió a Magalí.
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