Al escuchar eso, Roxana sintió cómo su estado de ánimo tenso se relajaba ligeramente. Siguiendo las instrucciones de Benjamin, Luciano le indagó sobre la vida de su suegra antes de enfermar.
Ante esta pregunta, Roxana se esforzó por recordar. En aquel entonces, tenía apenas cinco o seis años y sus recuerdos eran difusos. Solo podía evocar que su madre había estado enferma durante mucho tiempo, pero siempre la recibía con una dulce sonrisa al regresar de la guardería. Recuerda también cómo su madre solía prepararle una variedad de deliciosos platillos. Además, su madre tenía una pasión por las flores y llenaba el patio con numerosas macetas, lo que hacía que Roxana se sintiera rodeada por el aroma floral durante su infancia.
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