En breve, Roxana regresó con el botiquín y con cuidado le puso una crema medicinal en la mano. Estela se portó muy bien durante todo el proceso. Cuando le dolía, solo se encogía un poco y enseguida volvía a poner la mano, lo que a Roxana le resultaba adorable. Después de ponerle la crema, enseguida se volvió a sentar.
Andrés dejó el asiento con obediencia y tomó su plato para sentarse al lado de Luciano.
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