Después del pequeño paréntesis entre Daniel y Roxana, se podría decir que el almuerzo fue animado. Al terminar la hora de la comida, los médicos se reunieron según sus respectivos cubículos y entraron juntos. Los niños los siguieron de manera obediente; muchos médicos ya tenían un vínculo amistoso con ellos.
Los pequeños rodearon a Roxana, haciendo que Jael y los demás tuvieran problemas para avanzar. Con cierta dificultad, llegaron a la entrada de sus cubículos; los dulces del bolso de Roxana casi se habían acabado. Cuando entraron, a Daniel aún le quedaban algunos, por lo que los niños lo rodeaban con sonrisas, haciéndolo parecer más popular que Roxana. Hasta parecía que ellos se olvidaron del incidente de la mañana.
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