―Diría que soy bastante agradable a la vista. Acostarte conmigo no es una gran pérdida para ti. ―Le puso un dedo bajo la barbilla y la levantó para que lo mirara directamente―. Realmente eres una delicia. Espero que no me olvides pronto.
Mientras hablaba, su mano empezó a deslizarse por el cuello de Abril y a agacharse hasta quedar suspendido justo encima de ella.
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