Roxana estaba por subir con los dos niños al regresar al hotel cuando sintió un par de ojos resentidos en su espalda. Frunció el ceño y miró atrás de ella, donde se encontró a Estela arrastrando los pies a tres pasos de ella. La niña se detuvo en seco hl darse cuenta de que su presa se había girado y su rostro pequeño se iluminó con anticipación. A lo lejos, Luciano fingió no haberlas visto mientras se ocupaba sirviéndose un vaso del agua del bar. Roxana caminó hacia Estela y le preguntó:
—¿Quieres dormir conmigo, Ela?
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread