Al día siguiente, Magalí se sintió algo inquieta mientras estaba sentada en su despacho. Inexplicablemente, comprobó los vuelos que llegaban a Horneros y vio uno a las dos de la tarde.
Cuando los médicos la visitaron para tratar el tema de la cama de hospital, se dieron cuenta de que parecía distraída. Como un robot, respondió:
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