―Seguro que el señor Dorante no es el único que deseaba que Roxana se uniera a ellos, pues también tenía la aprobación del gran señor Dorante ―comentó Leandro, quien estuvo prestando atención a su interacción, cuando miró que Roxana estaba estancada.
Ante eso, Yesenia frunció el ceño y volteó a su lado para verlo; hacía rato ya había notado su presencia, pues era sobresaliente, pero no estaba interesada en él. Sin embargo, para su sorpresa, el hombre en realidad se obligó a entrometerse en su línea de visión para defender a Roxana.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread