Como Bautista no iba a decir nada, Luciano se volvió para mirar a Roxana.
Los labios de Roxana se afinaron mientras esbozaba una sonrisa. —No es nada. Le prometí a la señora Pedrosa mantener las distancias contigo. Tras una experiencia cercana a la muerte, reflexioné sobre mi decisión y me di cuenta de que antes tenía demasiadas reservas. Me preocupa Ela, así que debería haber preguntado por ella a pesar de la advertencia de la señorita Pedrosa.
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