Al ver a Estela lanzándose a los brazos de Luciano, Roxana se detuvo de forma incómoda y detuvo a sus dos hijos que corrían detrás de ella. Estela no notó su cambio de humor y comenzó a tirar de la manga de Luciano con entusiasmo.
—¡Papi! ¡Hay que jugar a las escondidas antes de irnos!
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