― Mamá, alguien debe haber seguido el coche que acaba de salir. Con la influencia de Luciano en Horneros, me temo que nos costará salir de la mansión. ― Yuliana se paró junto a la ventana y abrió suavemente la cortina con los dedos para observar el vecindario. Los alrededores estaban excepcionalmente silenciosos. Ella estaba segura de que les vigilaban de cerca desde los tejados de las mansiones vecinas.
― Había enviado a dos investigadores privados en coche, no para buscar la reliquia, sino para distraer a Luciano de su plan. Luego tomó el teléfono e hizo una llamada. ― ¡Es hora de que se vayan!
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