Roxana estaba preparando el almuerzo con los niños cuando sonó el timbre de la mansión. Pensó que podría ser Luciano queriendo ver a los niños o Magalí que iba a preguntar sobre el progreso. Roxana no lo pensó mucho y dejó sus cosas para abrir la puerta. Al hacerlo y ver quién estaba frente a ella, se quedó congelada de repente.
―Cuánto tiempo ―dijo Sonia, observando a Roxana de arriba abajo.
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