Los tres permanecieron en la habitación después de que Amelia se marchara. Mientras Winson y Hannah charlaban, Winson sintió que podría entablar conversaciones interminables con ella. Se reían a carcajadas cuando uno de ellos mencionaba algo alegre. Sin embargo, cuando hablaban de algún momento triste, ella no dejaba de consolarle.
—Hannah, creo que es mi cuñado, ¿verdad? —Winson miró a Fabian encantado. Además, se sintió aliviado porque Fabian trataba bien a Hannah y se alegraba cada vez que ella sonreía.
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