El sencillo titular era claro y comprensible, pero no captó el interés de Megan, pues nunca se había interesado por las noticias sociales. Sin embargo, justo cuando iba a cerrar la pestaña, se dio cuenta de que la foto adjunta era una de Anderson.
Abrió los ojos con incredulidad y volvió a frotárselos, incapaz de creer que la misma persona que se había arrodillado en señal de humillación justo el día anterior hubiera sido arrestada al día siguiente.
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