Desde que Joan se convirtió en la prometida de Larry, este temía que fuera reacia a gastar, por lo que le transfería cada mes una fuerte suma a su tarjeta bancaria. Y ahora, ella era una mujer rica que tenía un estipendio de unos cuantos millones. Después de pensarlo durante mucho tiempo, transfirió trescientos mil de su tarjeta bancaria a su tarjeta de reserva. Guardando la tarjeta, se cambió antes de ir al estudio y decirle a Larry:
—Querido, vigila a nuestro bebé, ¿sí? Voy a salir un rato.
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