Ahora que ya no formaba parte de la familia Morrison, y si Finnick tampoco la quería, ¿qué debía hacer ahora? ¿Tenía que empezar a vivir en la calle? ¡No!Su vida debería ser la envidia de todos los demás. No iba a permitirse acabar en un estado tan miserable. Al pensar en esto, Evelyn se armó de valor y tomó una decisión precipitada.
Justo cuando Finnick intentaba sacudirse la mano de su fuerte agarre, ella se inclinó hacia atrás adrede y se dejó rodar por las escaleras.
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