La familia tuvo una cena de reencuentro sin incidentes y después todos se fueron a la cama. Cuando por fin tuvieron algo de tiempo juntos en su propia habitación, Finnick dio rienda suelta a la bestia que llevaba dentro. Empujó a Vivian contra la pared y empezó a besarla sin reservas.
A diferencia del beso que compartieron antes en la empresa, su beso fue posesivo y exigente, obligándola ceder ante él.
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