—Cuando secuestraron a tu mujer, les prometiste a cambio todos los datos de los clientes del Grupo Finnor. Dime si miento —desafió el pirata.
Vivian se llevó la mano a la boca. Sus ojos se abrieron de par en par, sorprendida. «¿Cómo podía ser eso? ¿Finnick expuso todos los datos de los clientes del Grupo Finnor por mi culpa?», pensó. Se quedó donde estaba conteniendo la respiración; su cuerpo temblaba un poco, y sus oídos estaban atentos a la respuesta de Finnick. Ella estaba en shock. «¿Cómo es posible?», se preguntaba.
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