Después de eso, Evelyn calumnió a Vivian, afirmando que esta había sido manchada. Finnick se creyó los rumores infundados y se negó a creer que el hijo que llevaba era suyo. La convenció una y otra vez de que lo abortara.
«Ella debió estar asustada en aquel entonces. Debió esperar con ansias que yo confiara en ella, que la protegiera a ella y a nuestro hijo. Pero fui un bastardo. Nunca acepté a ese niño como propio. Incluso después de conceder por el bien de Vivian, nunca amé al niño».
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