Capítulo 479 El rastro
El mero hecho de pensar en ello le dio alas y corrió como nunca antes lo había hecho. Vivian no tenía ni idea de cuánto tiempo siguió haciéndolo, pero pareció que los perdió. Encorvada y tomando profundas bocanadas, miraba de vez en cuando por encima de sus hombros. Solo después de comprobar que los había despistado, pudo por fin bajar la guardia. En cuanto se recuperó, Vivian sacó su teléfono con la intención de llamar a Finnick para exigirle que le explicara por qué había hecho lo que hizo. Sus ojos ardían de furia mientras marcaba su número mientras pensaba en cómo iba a castigarle. Había ido demasiado lejos, y esta vez no debía esperar el perdón de ella. Por alguna razón, nadie contestó ni siquiera después de una larga espera. Vivian canceló y volvió a intentarlo varias veces con el mismo resultado. ¿Ahora evitaba sus llamadas? Vivian resistió el impulso de lanzar su teléfono. Cuando pensó en ello, pensó que debía de haber ido a esconderse después de que Noah denunciara su huida. Se paró junto a la carretera para calmarse antes de llamar a un taxi. Tenía que llegar a casa en algún momento. Y cuando lo hiciera, ella estaría allí esperando. Esta vez, ella le convencería de que se divorciarían si no podía aceptar al niño. No había necesidad de que él recurriera a más medios despreciables.
A Vivian no le importaban demasiado las heridas en las piernas durante su huida. Se dirigió rápidamente hacia la casa en cuanto llegó, empeñada en enfrentarse a él si ya estaba en casa. Nunca esperó encontrar un par de tacones al abrir la puerta. Le resultaban muy familiares. Repasó sus recuerdos y recordó haber visto a Evelyn llevando un par igual.
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