Larry asintió. Caspian tenía razón, Gabriella era una bomba de tiempo. «No importa que me haga daño, pero moriré arrepentido si le pone un dedo encima a Joan», pensó. Permaneció en silencio ya que sabía que el joven tenía más que decir.
—Ya que le gusta tender trampas a los demás, ¿por qué no le damos a probar su propia medicina? Creo que es el mejor castigo para ella. Vamos a prepararle algo tan malo que no pueda causar más daño —sugirió Caspian—. Ya que le gusta conspirar contra la señora con Carl, ¿por qué no los atraemos para que tengan sexo y publicamos el vídeo en Internet?
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