—Claro, ve. Yo me encargo de esto. No te preocupes —respondió Delilah. Después de todo, Larry era su futuro socio de negocios; no lo maltrataría.
Selena echó un vistazo al desayuno que había sobre la mesa del comedor y se apresuró a agarrar un huevo cocido antes de salir corriendo.
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