—¡Cállate! —ladró Jory y la miró con rabia. Su amigo estaba en problemas, así que no podía quedarse de brazos cruzados. Tanto Larry como Joan lo apoyaron también:
—Dustin, si necesitas ayuda, sólo tienes que decírnoslo. Si no tienes suficiente dinero, puedo ser de ayuda —Joan miró a Larry y pronunció en voz baja.
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