—¡Suéltame! ¡Suéltame! —gritó mientras le daba palmaditas en la espalda.
«¿Soltarte? De ninguna manera. ¿Por qué iba a dejarte ir así nomás, teniendo en cuenta lo difícil que era aprovechar esta oportunidad?» El hombre se burló y miró con desprecio al mismo tiempo.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread