Estaba, sin duda, dominada por su baja estima y su miedo. Le preocupaba que Herman se desenamorara de ella. Sin embargo, incluso después de todo lo que hizo, todo lo que obtuvo a cambio fue esa noche desesperada en el hotel. Incluso recordando ese pasado le daban ganas de abofetearse a sí misma.
Megan desplazó su mirada hacia abajo. No quería enfrentarse a lo que estaba sucediendo en ese momento. Al principio, pensó que se había escapado de las crueles manos del destino, pero se equivocaba. Había estado dando vueltas por ese mismo camino todo este tiempo.
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