Antes de que pudiera comprender la situación, la habían arrastrado al tocador. En un instante, el hombre cerró y echó el cerrojo a la puerta del tocador. Vivian no podía creer lo que veían sus ojos en el momento en que se dio la vuelta y se dio cuenta de que Finnick era el que estaba dentro del tocador.
—¿F-Finnick? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No se supone que deberías estar comiendo con Yasmin?
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