Aunque Larry quería preguntar, se dio cuenta de que no era el momento adecuado. Vivian estaba enfadada. Si Larry le preguntaba ahora, sin duda estaba echando más leña al fuego. Vivian se entristeció al ver a Larry de pie y en silencio a un lado. Lo estrechó entre sus brazos y lloró.
—Calabacita, ahora eres todo lo que tiene mamá. —Mientras abrazaba a Larry, Vivian pensaba en los posibles lugares a los que podría haber ido Finnick. No iba a renunciar a buscarlo.
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