Como Lyna necesitaba dinero con desesperación, no podía permitirse ofender a Yvette todavía. De hecho, planeaba adquirir una fortuna a través de su poco fiable aliada. Con ese plan en mente, no tuvo más remedio que guardar su frustración. Sus labios se crisparon mientras continuaba:
—Para ser breves, tenemos que conseguir a alguien que vigile a Fabian. No importa lo que vaya a hacer, estoy bastante seguro de que recurrirá a algunos trucos sucios. Una vez que tengamos las pruebas en nuestras manos, podremos obligarle a someterse.
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