Vivian se dio unas palmaditas en la cara para calmarse. Aparte de una relación de superioridad y subordinación, no habría nada más entre ellos. No debería sentir nada por él. No querría revivir el sentimiento de desesperanza y desesperación que experimentó hace cinco años.
«¡Finnick, esta vez no te daré la oportunidad de hacerme daño!»
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