Jacinta se despreocupó de la situación, se revolvió el pelo y aceptó el reto. No solo actuaría, sino que también lo grabaría para demostrar que los internautas que decían que estaba perdiendo el toque se equivocaban. Jacinta pagó al dueño del restaurante el dinero suficiente para que cerrara por el resto del día, mientras el público se quedaba como testigo para ver quién era la mejor actriz. Pierce, por su parte, estaba encantado de cómo habían salido las cosas. Megan había sido de gran ayuda, ya que no se le daba bien tratar con mujeres como Jacinta.
—Me sorprende que hayas aceptado. Ok, vamos a poner el tema para cada una y tener una obra improvisada de cinco minutos, ¿qué te parece?
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