Después de ocuparse del papeleo, Vivian volvió a la sala. Estuvo en silencio todo el tiempo mientras subía la maleta al coche y enviaba a Rachel y a Evelyn a casa. Evidentemente, Rachel percibió su enfado. Cuando su propia furia se disipó, se dio cuenta de que se había excedido antes. Era natural que Vivian se sintiera molesta por ser tan protectora con Evelyn.
—Vivian —murmuró Rachel mientras tomaba la mano de Vivian con una sonrisa—. Me puse demasiado nerviosa cuando vi llorar a Evelyn antes, así que te he dicho palabras duras. No te lo tomes a pecho.
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