—Oye, joven. ¿Por qué has dejado de comer? ¿Echas de menos a tu mujer? No te preocupes. Cuando termines aquí, podrás volver con ella.
La pareja de ancianos chismosos se burló de él y se rio. Durante toda la comida, el anciano y la anciana charlaron sin ningún reparo. En cambio, a Larry se le hizo un nudo en el estómago todo el tiempo. Esperaba la oportunidad de preguntarles por el accionista, pero no quería ser grosero y aguarles la fiesta. En ese momento, Larry se sintió conflictivo.
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