—Hola, señora Norton —saludó. Lyna no pudo evitar sentirse encantada al pensar en la infertilidad de Hannah. En un principio había planeado hacer que abortara y volver a hacerle algo después. Para su agradable sorpresa, Hannah se volvió estéril. Estaba tan emocionada que no pudo dormir en toda la noche.
—¿Quién habla? —preguntó Heather, con dudas, al no entender que la persona que llamaba era Lyna.
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