Estaba claro que Peter no era más que un peón para Evelyn. Todo lo que necesitaba era un desvalido que necesitara dinero, no alguien inteligente. La gente llegaría a extremos por el dinero, y ella estaba dispuesta a atraerlo con dinero. Esta era la fea verdad de la sociedad materialista de hoy en día. Mientras pudiera alcanzar sus propios objetivos, no le importaba nada más. Después de todo un día de estrategias, Evelyn tenía hambre, así que fue a una cafetería cercana a tomar un café y se dirigió a un restaurante para cenar. Sin embargo, se topó con alguien inesperado en el café.
—Mamá, ¿qué haces aquí? —preguntó cuando vio a Rachel sorbiendo una taza de moka.
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