—¡Estás mintiendo! —gritó Evelyn, con la cara pálida mientras miraba a Finnick—. ¡Finnick, no puedes confiar en él! ¡Está tratando de inculparme! El secuestro de Vivian no tuvo nada que ver conmigo, lo juro.
—Cállate. —No hubo ningún estallido de ira, ni ningún fuerte rugido de descontento. Finnick se limitó a dirigir con calma esa simple frase a Evelyn antes de volverse hacia Mark—. Continúa.
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