—¿Qué pasa? ¿Tienes algo que decirme? —comentó Finnick, al notar la mirada ardiente de Vivian. Tras pensarlo un poco, ella decidió no revelar su suposición. En cambio, se lo diría una vez que confirmara la verdad y tuviera pruebas.
—No. Estaba pensando en la suerte que tuve de que Benedict me salvara a tiempo. Si no, no estaría entera —se inventó una excusa. Esta vez, Finnick estaba confundido por su elección de palabras y preguntó:
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