Ojalá pudieran estar así para siempre, viviendo una vida sencilla pero con sentido. La idea de poder estar con Finnick todos los días atraía a Vivian. El único inconveniente era que él tenía un apetito sexual demasiado grande y a ella le costaba satisfacerlo. Parecía que el viejo Sr. Norton había sido sabio al regalarle todos esos suplementos.
En ese momento, se dio cuenta de repente de que su periodo se había retrasado, cuando siempre había sido muy puntual. Sin embargo, ahora estaba retrasado por más de dos semanas. «¿Qué está pasando? ¡No me digas que el anciano Sr. Norton dio en el clavo! ¿Podría estar embarazada? ¿De verdad tengo tanta suerte?», pensó.
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