Jason estaba muy agradecido a Hannah por haber acudido a su rescate, en especial cuando Fabian le había dado la espalda.
—Winson, te contaré una historia, ¿de acuerdo? ¿Qué tal la historia del Lobo Feroz? —sugirió Helen con torpeza. Winson ya no era un niño. Y la verdad era que no sabía por qué su hermana la obligaba a contarle un cuento. Había muchas otras cosas que podía hacer. Ni siquiera estaba segura de que le gustara.
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